Jornadas estratégicas que sí funcionan

• Autores: Logan Chandler, Bob Frisch
• Localización: Harvard Business Review, ISSN 0717-9952, Vol. 84, Nº. 6, 2006, págs. 128-137
• Idioma: español
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• Resumen

  • De todas las reuniones a las que asisten los altos ejecutivos en un año, ninguna es más importante que la jornada sobre estrategia, donde se generan las conversaciones más esenciales para el futuro de la empresa. Aún así, es raro el equipo de gestión que pueda decir que su jornada estratégica cambió verdaderamente la forma de hacer negocios. En el mejor de los casos, los participantes hacen una vaga definición de dirección y trabajan en destrezas de equipo; en el peor, consideran la jornada como una pérdida de tiempo y recursos. No tiene por qué ser así. De su experiencia de dos décadas diseñando y preparando off-sites en empresas grandes y pequeñas en todo el mundo, los autores han destilado un conjunto de mejores prácticas que las empresas pueden utilizar para aprovechar al máximo esta oportunidad anual. Esencialmente, el problema con la mayoría de las jornadas estratégicas es que están insuficientemente estructuradas. La gente piensa que si usted programa una reunión, invita a los altos líderes (y quizás a un experto externo) y establece bloques de tiempo para discutir los grandes temas, el resto caminará solo. En realidad, la falta de formalidad conduce a la falta de objetivos. Aunque parezca mentira, sólo las reuniones rigurosamente diseñadas llevan a discusiones estratégicas verdaderamente sinceras. Ese rigor comienza antes de la reunión, con la definición de los asuntos por discutir y la lista de participantes, la preparación de materiales relevantes y la fijación de una agenda detallada. Durante la jornada, la calidad de la conversación pueden ser manejada utilizando modelos, puntos de decisión y ejercicios de grupo cuidadosamente diseñados. Después de la jornada, un plan de acción asegura el seguimiento. Si usted y su equipo ejecutivo gastan cuatro días al año bajando ríos en grupo, usted quizás será bueno para bajar ríos. Gaste cuatro días al año en tener juntos conversaciones estratégicas bien diseñadas, y transformará su off-site anual de un viaje de lujo costoso en un genuino momento decisivo para su negocio.