En este artículo, se pone en cuestión el tópico según el cual habría una contraposición absoluta entre comunicación y violencia, entre lenguaje y poder. Este tópico está presente en el habla común y entre los filósofos, como es el caso de Arendt, Apel y Habermas. Para someterlo a revisión, Esposito se sirve de tres autores �Benjamin, Blanchot y Canetti� y va mostrando la progresión crítica que conduce hasta el autor de Masa y poder. Para Canetti, la violencia y el poder están inscritos en el corazón mismo del lenguaje, sobre todo en la orden y en la pregunta. Pero en Canetti, como en Benjamin, también está presente otro tipo de lenguaje ajeno a la lógica del poder, un lenguaje que permanece incomprensible y casi inexpresable: el de la infancia en Rustschuk y el del mendigo de Marrakesch.
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