En este trabajo se revisa el concepto clásico de comunidad, recuperando y adaptando el sentido weberiano de la comunidad moral para describir, a través de la comparación de dos casos etnográficos (migrantes alteños y otomíes del estado de Jalisco, Méjico), cómo opera la construcción social de la pertenencia y la identidad -religiosa en un caso y étnica en el otro-, entendidas como conjuntos de elementos significativos que se manifiestan como fronteras simbólicas que amplían o reducen los marcos de pertenencia territorial de ambos. La etnográfía aportada sobre los dos grupos humanos pretende demostrar que ambos se reproducen como comunidades morales...
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