Hay términos que tienen fortuna; otros no. Palabras que parece que no deberían suscitar el agrado del público y que por tanto parecerían condenadas a no generalizarse, tienen la virtud de extenderse rápidamente, cobrar inusitada vigencia y convertirse de uso común. Otras que, por el contrario, uno creería aptas para el éxito inmediato, mueren sin haber conocido más que un efímero momento de vigencia
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