Tomás Antonio Mantecón Movellán
En la Castilla de la temprana Edad Moderna, la autoridad del monarca se ejercía en el plano de la política a imagen de la económica o arte del buen gobierno de la casa. El rey, como padre prudente de los súbditos, debía emplear el castigo y la gracia para mantener el equilibrio del cuerpo político. El ejercicio de la justicia debía culminarse con el castigo o el indulto de los delincuentes. La Sevilla en que se asentaba la corte de Monipodio, retratada por Cervantes, ofreció un sin fin de ocasiones para la práctica judicial. El estudio de los ajusticiados e indultados sevillanos de los tiempos cervantinos permite caracterizar la práctica judicial a partir de estos presupuestos y matizar la imagen represiva que nos legó Foucault en su "Surveiller et punir".
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