Antonio Manuel Macías Hernández
La expansión de la economía europea en su escenario atlántico determinó la construcción de un nuevo paisaje agrario. Había que adaptar las plantas y técnicas de cultivo del Viejo Mundo a los nuevos ecosistemas. Este proceso de adaptación adquirió una especial relevancia en el caso del Archipiélago por la diversidad de sus ecosistemas naturales. Nació entonces un paisaje que, en el caso de la viticultura, ha persistido hasta el presente, otorgando originalidad a los espacios rurales de las islas.
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