La primera mitad del siglo XIX fue de convulsión en Cuba, debido a repetidos levantamientos de esclavos y cimarrones. El autor trata en este artículo de dar sentido a esos movimientos, diferenciando dos etapas: la fase de iniciación (1795-1815) y la de maduración (1820-1844) . En cada una de ellas estudia los programas políticos y el contenido ideológico, seleccionando y describiendo los casos más relevantes. En la primera de ellas, es marcada la influencia de la revolución de Santo Domingo, mientras en la segunda se confirman las orientaciones de la anterior, perfilándose los objetivos de un proyecto sedicioso
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