El fútbol se ha convertido en una actividad social y económica de primer orden. El marketing ha irrumpido en el deporte. Consecuencia de ello es, por ejemplo, la proliferación de las tarjetas de crédito ligadas a clubes de fútbol. En este artículo se aborda la mejor forma de comercializarlas. Hacerlo en los propios estadios de fútbol, en los días de partido, es una de las más eficaces al reducirse costes y disponer de un público objetivo agrupado. Por el contrario, tiene como inconvenientes la escasa rotación de la potencial clientela y la intermitencia de los procesos de venta
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