Ejemplo perfecto de artista con madera para serlo, para aprender y, finalmente, reinventarse, Rocío Dúrcal fue un fenómeno del cine y la música en aquella España de los años 60 que también aupaba a Marisol y Joselito. Pero, al contrario de estos dos, ella no solo no se retiró, o fue retirada, sino que encontró nuevos vehículos de expresión artística, más allá del fenómeno de los niños prodigio, en sus famosas rancheras. Las páginas de Fotogramas fueron testimonio del inicio, desarrollo y punto de inflexión en la carrera cinematográfica de la artista, a través de la mirada curiosa pero cómplice, incisiva pero respetuosa, y, sobre todo, periodística, de firmas y colaboradores de excepción de su misma generación, como Maruja Torres, Rosa Montero, Sol Alameda, Àngel Casas o Jesús Mariñas.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados