Juan Manuel de la Fuente Sabaté, Valentín Azofra Palenzuela, Eleuterio Vallelado González
El objetivo del trabajo es verificar la eficiencia de los mercados de divisas a partir del análisis de los reajustes del Sistema Monetario Europeo (SME) entre 1992 y 1995. Nuestra hipótesis es que en presencia de mercados eficientes sólo los países con un elevado grado de convergencia económica pueden mantener el compromiso de paridades fijas que representa la pertenencia al SME. En este sentido, las monedas de los países miembros del SME que no constituyan un área monetaria óptima serán objeto de continuos realineamientos que debilitarán el efecto estabilizar pretendido con el SME. Los resultados del estudio revelan que la información contenida en los distintos reajustes de las paridades centrales del SME había sido descontada en los mercados de divisas. No obstante, observamos dentro de las monedas integrantes del SME dos grupos. Así, el marco, el florín, el franco francés, el franco belga y la corona danesa se revelan como el núcleo central del SME y sus paridades se ajustan en mayor medida a las variaciones en las expectativas de los inversores que la peseta, el escudo y la libra irlandesa, monedas consideradas responsables de la mayoría de los reajustes analizados. Por otro lado, son estas tres monedas las que se han beneficiado durante algunos periodos de tiempo de primas de riesgo inferiores a las que les correspondería de no formar parte del SME. En cualquier caso, los realineamientos del SME ponen de manifiesto que su pretendido efecto estabilizador no es inmune a las fuerzas de un mercado de divisas globalizado con costes de transacción decrecientes e inversores informados.
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