En herencia, un rebaño

• Autores: Charo Díez
• Localización: Cuaderno de campo, ISSN 1137-2095, Nº 19, 2001, págs. 26-29
• Idioma: español
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  • Recibir en herencia un rebaño puede acabar de dos maneras: con un anuncio en el periódico que rece 'se venden 250 ovejas por jubilación' o con un bastón, un morral y dos buenos perros pastores como utensilios de trabajo para toda la vida. Aunque el dibujo de la geografía rural que firma la Unión Europea es una acuarela en colores pastel, la realidad se declina por los claroscuros, más oscuros que claros. Lo cierto es que, a pesar de los esfuerzos financieros de la Administración, la población rural está surcada de arrugas. La savia nueva sólo aparece a borbotones cuando se pronuncia la palabra mágica de los últimos años: viñedo. Si hablamos de ganadería, y en concreto de ovejas, en el árbol genealógico sólo el tronco se mantiene firme, las ramas se han ido acomodando en otras profesiones "menos sacrificadas". Claro que trabajar 365 al año, 12 horas diarias, buena parte de ellas a la intemperie, haga frío o calor, no parece la mejor herencia que se pueda recibir, y menos de un padre. No hacen falta estadísticas, basta con darse una vuelta por cualquier municipio riojano y entablar una conversación en la plaza del pueblo.

    En esta entrevista a tres bandas, Benito Ruiz, jubilado, y sus hijos Miguel Ángel, pastor de 37 años, y Juan Carlos, agricultor de 35, aportan su punto de vista sobre las dificultades de quedarse en el campo. Los hijos representan a los 61 jóvenes (menores de 40 años) que por término medio se incorporan cada año a la actividad agraria y que poseen poco más del 10% de las explotaciones de La Rioja. El padre, a los 79 agricultores que cada año cesan en la actividad agraria y que, sin embargo, mantienen la titularidad del 44% de las explotaciones (>60 años). Entre 1988 y 1997, la población activa agraria ha descendido en La Rioja un 34,2%, dos puntos más que la media nacional. Los gestores de la política agraria no pretenden que en el primer sexenio del siglo XXI aumente la población en el medio rural -sería demasiado pedir-, sólo buscan parapetar ese descenso.