Un prión, una proteína desnaturalizada, es el causante de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), conocida popularmente como el mal de las vacas locas. El cambio de fabricación de piensos basados en harinas animales en Gran Bretaña ha motivado que el scrappie o "tembladera" de las ovejas, enfermedad conocida desde tiempos de Reyes Católicos, saltara de especie. La transmisión de la enfermedad de los bovinos a los hombres se ha relacionado con la ingesta de tejido nervioso y de vísceras de vacas con EEB y prácticamente se ha descartado que la enfermedad se contagie por comer masa muscular si no ha sido contaminada por el tejido nervioso durante la matanza. Incluso parece probado que no se transmite si se consumen animales menores de 12 e, incluso, 24 meses. En España, los animales no han sido, tradicionalmente, alimentados con harinas animales ni es común consumir vacas viejas. Por eso ha sido uno de los países en los que más tarde se ha detectado un caso de Encefalopatía Espongiforme Bovina y por eso también es prácticamente imposible que una res enferma pase a la cadena alimentaria. Pero, para mayor tranquilidad, el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas han puesto en marcha un plan de actuaciones contra la enfermedad.
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