Se estudia en el presente trabajo la íntima relación que existe, en los primeros siglos de la Iglesia, entre el martirio y la garantía de la fe apostólica. Los mártires son testigos garantes de la autenticidad de la fe. Y durante esos siglos que algunos teólogos han llamado constituyentes el martirio es a modo de un sello que marca a las comunidades y las acredita como fieles seguidoras de Cristo. El obispado de Calahorra alcanza su mayoría de edad y su conciencia refleja con el acontecimiento del martirio de Emeterio y Celedonio. Estos se constituyen así en patrones esenciales del mismo. Calahorra será siempre la sede referencial de la diócesis aunque el obispo pueda residir en cualquier punto de la misma
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