Las familias de la nobleza navarra tuvieron una evolución especial. La estructura familiar que obligaba a que sólo uno de los vástagos, no necesariamente el varón mayor, se quedase con las posesiones familiares obligó a los demás a encaminar sus pasos hacia otras salidas profesionales y personales. Han quedado ejemplos de todo tipo, desde los que dieron el salto a América, hasta los que gracias a sus estudios pudieron hacerse un hueco en la complicada trama del sistema polisinodial de los Austrias españoles; sin olvidar que la carrera eclesiástica constituyó otra puerta abierta a la prosperidad y al ascenso social y personal
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