La tesis de este artículo en realidad es muy simple: no debería haber ninguna diferencia a priori entre estilos o géneros musicales ni, en consecuencia, entre las vidas de sus intérpretes y compositores. Ciertamente, tanto en la sociedad en general, como en el mundo de la educación en particular, van derrumbándose los tópicos pero lamentablemente en la enseñanza algunos todavía se resisten de forma recalcitrante. La adquisición de una mentalidad abierta y tolerante se basa en la variedad y la comparación.
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