El autor presenta en forma de diálogo la siguiente tesis: la improvisación es la esencia misma de su educación musical y no un complemento mas o menos necesario en la formación del músico. Improvisar es hablar musicalmente controlando el lenguaje y por tanto diremos que se sabe hablar música cuando se consigue acceder a la expresión de mensajes de mayor o menor complejidad. Es necesaria una sistemática aportación de metodología del funcionamiento interno del lenguaje ya que el desarrollo creativo no puede basarse exclusivamente en la intuición, la inspiración o el talento personal ; la metodología tendrá como objetivo no solo la lectura e interpretación de partituras ajenas sino también y sobre todo el uso personal del lenguaje musical: la improvisación.
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