Los precios de los productos agrícolas suelen ser volátiles. En ese sentido, la inauguración de un mercado de futuros de cualquier bien agrícola debería reducir la incertidumbre del ingreso de los agricultores. Sin embargo, cuando los movimientos de los precios de los productos agrícolas se explican por los de las cantidades, y ambos están correlacionados negativamente, existe un seguro implícito para el agricultor. Las naranjas son un buen ejemplo de esto debido a la gran concentración de su producción para el consumo europeo en la Comunidad Valenciana. De hecho, los agricultores parecen estar situados en un punto de la curva de demanda con elasticidad unitaria, donde el ingreso es estable.
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