Veinticinco años después del Mayo francés, el movimiento estudiantil parece haber desaparecido del mapa no ya del de la sociedad sino incluso del de la universidad. ¿Por qué? Este cambio no puede entenderse por la existencia de un solo factor, sino que se debería a la interrelación entre la acción de los poderes públicos y los fracasos históricos del movimiento estudiantil.
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