El estudio de las actitudes lingüísticas constituye un campo fundamental en la investigación sociolingüistica por la interrelación que se produce entre dichas actitudes y la competencia y el uso lingüístico, y porque aporta información sobre cómo perciben los hablantes determinados hechos lingüísticos. El caso de Navarra ofrece una oportunidad única de investigar en este campo ya que se trata de una comunidad donde conviven dos lenguas (el euskera y el castellano) que poseen un diferente estatus legal y donde se han producido y se siguen produciendo hechos de minorización lingüística.-- Existe en esta comunidad una actitud positiva hacia la lengua vasca. Esta actitud se encuentra unida a motivaciones efectivas, históricas, morales, de apego a la lengua propia, frente a los criterios de utilidad que prevalecen a la hora de utilizar el castellano. Esta actitud positiva se encuentra condicionada por dos factores: la competencia lingüística y la zonificación lingüística que establece la llamada Ley del Vascuence. Influyen también, aunque en menor medida, otros factores (sexo, edad, nivel de estudios) y otro aspecto que está cambiando la actual configuración sociolingüística de la comunidad: el aprendizaje del euskera como segunda lengua
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