Actualmente el mercado de la formación está viéndose condicionado por dos políticas llevadas a cabo últimamente por las empresas: la gestión del conocimiento y la gestión por competencias. De hecho, muchas empresas están tratando de identificar a los empleados con mayor potencial, antes de tener que buscar en el exterior. Esto provoca ciertos desajustes entre la oferta y la demanda. Los autores pasan revista a estos desajustes y al papel que juegan cada uno de los agentes externos de la formación (consultoras, escuelas de negocios, universidades y profesionales freelance) para finalizar proponiendo una serie de mejoras que permitan a estos proveedores ofrecer servicios de valor añadido a las empresas.
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