La hipótesis de Locke sobre el pensamiento "sobreañadido" a la materia se mantiene en la línea de un sustancialismo agnóstico que tiende racionalmente a reducir el dualismo en la sustancia. Desde este punto de vista el último soporte de la hipótesis tendría que residir en la voluntad omnipotente de Dios. No obstante, es posible una lectura no sustancialista fundamentada en su análisis de la identidad personal radicada en la conciencia
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