En el presente artículo se pretende reconstruir la compleja genealogía del concepto de la experiencia fáctica de la vida en el pensamiento del joven Heidegger, partiendo de la influencia que en él ejercen la temprana lectura de los místicos medievales y de la hermenéutica teológica de Schleiemarcher y Dilthey. A partir de la exégesis de estos autores, Heidegger va elaborando su fenomenología de la vida en términos de una ciencia originaria estrechamente ligada al paradigma preteórico de la conciencia religiosa. La experiencia de la historia que brota de la autocomprensión que el individuo tiene de su situación en cada caso es la que lleva a Heidegger a una reinterpretación hermenéutica del método fenomenológico de Husserl y le obliga a una reconsideración de las operaciones generativas del yo trascendental, por las que éstas se convierten en el proyecto de vida históricamente situado de un ser-ahí que fácticamente se encuentra a sí mismo en el mundo
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