En este artículo se intenta mostrar cómo es posible defender un punto de vista universalista y cognítivista en cuestiones morales sin tener que negar el pluralismo ético que caracteriza a las sociedades modernas. Para ello se analiza una dificultad que ha sido planteada recientemente a la ética del discurso de Habermas en relación con la posibilidad de compaginar ambas cosas. Si defender un universalismo moral implica defender lo que Habermas denomina "la premisa de una respuesta correcta» en relación con las cuestiones morales, tal universalismo tiene que suponer, pues, que sólo puede haber una interpretación correcta de dichas cuestiones; si esto es así, el universalismo moral, en realidad, excluye el pluralismo como alternativa racional al acuerdo en cuestiones prácticas. Dicha dificultad puede evitarse, sin embargo, si se muestra que «la premisa de una respuesta correcta» no implica, en realidad, «la premisa de una única interpretación correcta».
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados