Solo se conocen cuatro yacimientos termales antiguos en la cuenca del Ebro, lo que parece muy poco ya que cubre la sexta parte de España y contiene numerosas fuentes medicinales. Algunas de las que están cercanas a poblados antiguos pueden haber sido utilizadas desde la época romana -si no prerromana- ; pero, como casi siempre faltan los textos, solo podemos identificar los establecimientos termales gracias a la arqueología, epigrafía o numismática. Tal documentación resulta desigual y difícil de utilizar, como veremos para los cuatro yacimientos atestiguados: Alhama de Aragón, Tiermas, Fitero y Panticosa.
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