A través de los embajadores Weddel y Hayes, los Estados Unidos ejercieron fuertes presiones para condicionar el régimen de Franco, surgido poco antes, utilizando el suministro de petróleo y comestibles. El objetivo era evitar que España participara a la guerra a lado del Eje y además limitar la influencia de Franco en Latino América. A su vez Madrid, y especialmente Serrano Suñer, adoptaron una actitud ambigua, conforme al incierto proceder de la guerra . De todas maneras, en 1942, el nuevo ministro Jordana tomó una postura favorable a los Estados Unidos, en vista también de un común empeño anticomunista, mientras Franco no se opuso al desembarco de tropas de aliados en el Norte de Africa.
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