Considerando los barrios urbanos como parte integrante de la ciudad, como condición indispensable para garantizar la convivencia, evitar la segregación y el desmejoramiento de la calidad de vida de los habitantes en las ciudades, se desarrolla un planteamiento para evaluar los niveles de satisfacción de las necesidades en estos territorios, enmarcado no en el análisis de los logros alcanzados por los individuos o grupos de individuos, sino en la vía para alcanzar estos logros (capacidades). Dicho planteamiento se realiza teniendo en cuenta que al evaluar la pobreza es necesario tener en cuenta los rasgos definitorios de los estilos de vida de los individuos que viven en estos espacios, así como las capacidades y los conocimientos que estos poseen para la satisfacción de sus necesidades, aspectos básicos para dar viabilidad a soluciones más certeras a la problemática de la pobreza.
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