Presentamos en este trabajo un caso clínico en el que una excesiva terapia con infiltraciones de corticoides y un tratamiento ortopodológico no satisfactorio, unido a práctica deportiva excesiva, provocan que una fascitis plantar recurrente desemboque en la rotura parcial de la misma con la consecuente impotencia funcional. Planteamos así, después de un exhaustivo estudio biomecánico, un tratamiento ortopodológico personalizado junto con electroterapia como elemento coadyuvante, y siempre en coordinación con el trabajo del fisioterapeuta en aquellas alteraciones músculo-tendinosas que sin duda tienden a cronificar la patología.
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