Las investigaciones de Eliot Spitzer en los sectores de fondos mutuos y banca de inversión han convertido al fiscal general del estado de Nueva York en el abanderado de facto de la reforma corporativa. Su desenmascaramiento de los conflictos de intereses entre los banqueros de inversión y los analistas de mercado de Wall Street condujo al acuerdo global de US$ 1.400 millones entre los reguladores y las casas bancarias en 2003. En esta entrevista, Spitzer describe el desafío de proteger los mercados bursátiles de los conflictos de intereses, prestando especial atención a cómo esos conflictos se institucionalizan en un sector. ¿Los casos que nos han enojado más a mí y a mis colegas reguladores son aquellos en los que hemos visto a la cúpula ejecutiva tolerar abusos de la tropa¿, dice. ¿Porque entonces tú sabes que toda la estructura está podrida¿. También apunta sus dardos contra los consejos de administración, criticando que sus miembros sean personas pertenecientes a la misma empresa o al mismo sector. Afirma que ¿hay un vacío de valores en muchos consejos¿, señalando la compensación ejecutiva como un poderoso ejemplo. ¿Los comités de compensación¿ se eligen a sí mismos y están entrelazados; es un mercado amañado¿. Y prosigue: ¿Sería interesante ver cómo sería el mundo si los paquetes de compensación de los CEO fueran sometidos a votación de los accionistas¿. Spitzer sugiere que lo que realmente hace falta es que los líderes de negocios reinculquen en sus organizaciones la noción crucial de deber fiduciario, ya sea hacia los accionistas o los clientes. Usando como ejemplo el sector de fondos mutuos, contrasta además el valor de hacer cumplir la regulación con el de la regulación en sí y articula el importante --aunque sorprendentemente limitado-- papel de los gobiernos en la protección del libre mercado
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