En 1501 los habitantes de Granada, musulmanes, fueron obligados a bautízarse. El arzobispo no contaba de momento con sacerdotes para atender pastoralmente a los cristianos nuevos. Pidió que acudieran de otras diócesis. Pocos aflos después, ya estaban cubiertas todas las plazas tanto de la Catedral y Capilla Real como de las parroquias de la capital y de los pueblos. El trabajo da a conocer cuántos, quiénes y cómo eran los clérigos seculares de Granada hacía 1527, es decir, el clero que recríatísnízó la diócesis granadina en el siglo XVI.
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