El negocio asegurador se caracteriza por la variable aleatoria siniestralidad ampliamente estudiada en la Teoría de Riesgo Clásica cuyos dos objetivos fundamentales son estudiar la distribución de la siniestralidad a partir de las variables básicas (número de siniestros y la cuantía de un siniestro) y la estabilidad del negocio asegurador, analizando el efecto que las fluctuaciones de la siniestralidad producen en el mismo y las medidas para evitar que estas conduzcan a la empresa a la ruina.
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