Angel Zuley Antúnez Pérez, Carmen Nieves Aranguren Rincón
Desde tiempos remotos la ciudad ha desempeñado un papel fundamental en el proceso de personalización social del ser humano. La ciudad, como escenario de convivencia, de conflictos y de ciudadanía, instaura nuevas formas de relaciones sociales, económicas, políticas y culturales. En este contexto, como espacio socioeducativo, tiene la responsabilidad de apuntar hacia la formación de valores cívicos -competencia de la escuela, aunque no de manera exclusiva- para atender las formas heterogéneas de los grupos humanos que la habitan, y sus aspiraciones. Es importante que la institución educativa se plantee la búsqueda del saber científico, teórico y práctico del concepto de ciudadanía social con su contenido de significados en cuanto a las responsabilidades, derechos, identidades y pertenencia a un universo cercano de múltiples complejidades y contrastes, pero también de posibilidades de transformación en un hábitat propicio al quehacer del ciudadano.
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