La contabilidad financiera en España sigue dando pasos en su proceso de armonización internacional. Hasta hace pocos años, la contabilidad se movía por el camino de ofrecer una información financiera que pretendía representar la llamada imagen fiel de la situación patrimonial de las empresas. A raíz de los cambios que se incorporan en la normativa contable (en la actualidad aplicable a la información financiera determinados Grupos de empresas y, en un futuro no muy lejano, a la que prepararán las empresas individuales) se pretende una información más relevante de la situación actual y futura de la empresa para los usuarios que han de tomar decisiones que la mera representación de su imagen fiel.
Ahora, bien, cabe preguntarse qué significa preparar una información relevante para los usuarios que pretenden tomar decisiones. Pues bien, para ello habrá que identificar cuáles son las expectativas de los usuarios en cuestión.
En nuestra opinión, estas expectativas podrían ser sustancialmente satisfechas cuando, a raíz de su análisis, el lector puede estimar la posibilidad de que una empresa genere rendimientos futuros de caja, (lo cual lleva implícito poder determinar el riesgo de que se mantengan en el tiempo o estén sujetos a una alta volatilidad), o también, de estimar su capacidad futura para acometer nuevas inversiones; en definitiva, de evaluar las estrategias implantadas por la Dirección.
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