El presente trabajo trata de proporcionar una perspectiva sobre la conservación de la memoria histórica vista a través de los protocolos notariales de la primera mitad del siglo XVI. El objetivo es mostrar como dentro de un libro que es el reflejo las relaciones entre particulares y que sigue en su elaboración unas normas establecidas, es posible encontrar un hueco para dejar constancia escrita de los hechos destacables de la vida cotidiana a comienzos de la modernidad.
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