La privatización de una empresa constituye uno de los procesos de transformación más complejos en el que su éxito depende de la integración de la misma en la nueva dinámica económica y social. Por ello, la privatización sólo tiene sentido cuando se generan las condiciones para la transformación de la empresa, que exige una ruptura profunda de su cultura empresarial. No se puede garantizar el éxito de una privatización si no se desregulan los mercados y se intensifica la competencia. En las actuales condiciones de creciente globalización de la economía, los procesos de privatización permiten mayores éxitos que en economías cerradas, gracias a la entrada de la empresa en un nuevo contexto de división del trabajo
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados