En el seno del actual debate sobre las transformaciones que está sufriendo la ciudadanía en las sociedades contemporáneas, sorprende la escasa atención que se ha prestado a los cambios de aquellos espacios -geográficos y. virtuales- en donde se desarrollan las prácticas de ciudadanía. No obstante, la dimensión espacial sí ocupa un lugar relevante en toda la discusión en torno a las características y efectos de la globalización.
A partir de estas premisas, el artículo defiende la relevancia de estudiar la manifestación -como expresión de la política de la confrontación- en tanto que acontecimiento singular en donde puede analizarse la complejidad de los viejos y nuevos repertorios empleados por los viejos y nuevos actores en los viejos y nuevos espacios de la vida social. El análisis de la manifestación contra la guerra de Irak del 15 de febrero de 2003 en Madrid es tomado como estudio de caso para este propósito.
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