Un problema que se está convirtiendo en acuciante ¿aunque no se encuentre aún del todo perfilado¿ es el progresivo deterioro de la necesaria conexión psicológica que se debe establecer entre yo y mi cuerpo. Porque en la cultura y la ciencia se están introduciendo una serie de modificaciones ¿como es la manipulación de embriones¿ que afectan directamente a esta conexión. Ante esta coyuntura, las preguntas que nos podríamos formular son: ¿qué valor sigue teniendo para mí mi propio cuerpo?, ¿qué me quiere decir en cada momento? Y ¿en qué medida este significado se ve afectado por los cambios culturales? Resulta evidente la creciente preocupación que, en la sociedad actual, se tiene por la salud, por el estado físico y la apariencia. Pero tal vez esta especial atención que se le presta al cuerpo no vaya acompañada por una buena sintonía entre cada uno y ese cuerpo que tanto nos preocupa.
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