En la actividad de construcción intervienen una serie de figuras y se hace uso de un conjunto de instrumentos preventivos que, siendo exclusivos de este sector, determinan modelos específicos de gestión de los riesgos con gran influencia en el grado de seguridad de la obra. Este trabajo, intenta clarificar, con un lenguaje asequible, las obligaciones de cada parte y las relaciones internas en la obra (promotores, contratistas, subcontratistas, autónomos, trabajadores y sus representantes) teniendo en cuenta las modificaciones aportadas por la Ley 54/2003, sobre todo en materia de presencia de recursos preventivos y coordinación de actividades empresariales. Así mismo se enuncian algunas posibles regulaciones futuras, que podrían modificar la situación actual.
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