Natàlia Balagué Serre, Carlota Torrens Martín
La relación profesor-alumno, que se ha basado clásicamente en un modelo jerárquico inspirado en la tabla rosa y la metáfora del ordenador, se plantea como una interacción heterárquica desde la introducción de las teorías de la complejidad y de los sistemas dinámicos en el estudio del movimiento humano, especialmente en el área del aprendizaje motor.
El concepto de autoorganización planteado por la nueva perspectiva, que explica la emergencia espontánea de respuestas en los sistemas abiertos que operan lejos del equilibrio, determina una forma diferente de entender las adaptaciones y procesos de aprendizaje. A partir de aquí los roles del profesor y del alumno se ven modificados reclamando un cambio en las estrategias educativas.
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