¿Hemos reflexionado alguna vez qué sucedería en nuestro trabajo y atención de la consulta en caso de contraer una enfermedad duradera, un accidente imprevisto, una dolencia incurable o una invalidez permanente? ¿Se nos ha ocurrido pensar en las consecuencias de un fallecimiento repentino? Estos pensamientos no pretenden ser tétricos y de mal augurio, sino una toma de conciencia sobre las posibles desgracias que nos pueden suceder, pero que subconscientemente intentamos ignorar, como la avestruz que esconde la cabeza tratando de ignorar un peligro. Tenemos una responsabilidad que no se debe eludir.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados