El mediterráneo que ha sido y es una de las zonas más rica en intercambio cultural se ha convertido en una línea de ruptura entre la vieja Europa y el continente africano. Una de las causas de esa ruptura son, sin duda, los problemas demográficos. Como prueba de esto se analizan dos claros ejemplos de dichos contrastes, dos países situados a un lado y al otro del mar mediterráneo: Argelia y España. Uno con importantes problemas internos -Argelia- y otro que por su posición geográfica -España- podría verse afectado por dichos problemas. No hay que olvidar que la Península Ibérica es la puerta natural a Europa desde el continente africano.
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