El Protocolo de Kioto, que por fin ha entrado en vigor, se considera tan sólo un pequeño primer paso para alcanzar el objetivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. A pesar de ello, a varios países que lo han ratificado, en particular a España, les va costar cumplirlo, cuando ya se está pensando en lo que habrá que hacer después de 2012, el año en que termina el Protocolo. El previsible incremento del consumo de materias fósiles y su repercusión en el cambio climático exigirán un cambio en profundidad de las tecnologías de producción en los sectores industriales intensivos en energía, entre los que se incluyen las industrias de proceso: refino de petróleo, petroquímica y química de base. Va a ser necesario un esfuerzo enorme de investigación y desarrollo tecnológico (I+DT) globalmente, pero aún más en Europa y en particular en España, para que además se consigan los objetivos de la Estrategia de Lisboa de igualar o superar a los EE.UU. en conocimiento y en competitividad.
¿Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos¿ (José Ortega y Gasset).
1.Introducción El Protocolo de Kioto entró por fin en vigor en Febrero de este año 2005, pero sobre su cumplimiento existen bastantes dudas. De lo que no hay duda es que sólo se trata del aperitivo de la lucha contra el cambio climático.
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