Esofagitis de etiología infecciosa. Se presenta fundamentalmente en pacientes inmunodeprimidos: infectados por el VIH que siguen tratamientos con quimioterapia o radioterapia (por cáncer), o aquellos sometidos a trasplantes de órganos. La gran mayoría de las esofagitis se producen por unos pocos gérmenes: hongos de la especie Candida , virus herpes simple o citomegalovirus. Los síntomas típicos comunes comprenden la disfagia, odinofagia y el dolor retroesternal. Es importante la búsqueda de lesiones orofaríngeas para orientar el diagnóstico Esofagitis por cáusticos. Un 80% de las ingestas de cáusticos se producen de manera accidental en niños de corta edad. En adultos, la toma puede responder a intento suicida. * Los síntomas más severos: dolor torácico, sepsis, enfisema subcutáneo o schock, son indicativos de perforación esofágica. La disnea, ronquera y estridor pueden indicar obstrucción laríngea. La disfagia y odinofagia hacen pensar en afectación esofágica. * La endoscopia precoz permite realizar un estadiaje de las lesiones esofágicas, gástricas y duodenales. * El manejo inicial incluye asegurar la vía aérea, oxigenoterapia, tomar una vía y tratar el schock reponiendo la volemia. Están indicados los antisecretores para evitar el reflujo gastroesofágico. Si se desarrolla estenosis debe procederse a un programa de dilataciones. Las estenosis intratables precisan reparación quirúrgica.
Esofagitis por medicamentos. El diagnóstico se basa en la ingesta de las píldoras implicadas y la visión endoscópica de una lesión. El tratamiento consiste en la retirada del fármaco y el uso de antisecretores para evitar el reflujo gastroesofágico.
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