Sergio Simón Quintana, Gonzalo J. Boronat Ombuena
El éxito de una corporación depende de muchas más variables, siendo éstas cada vez más complejas y en un marco con mucha más incertidumbre. El control de gestión se caracterizaba por ser poco sofisticado, intuitivo y basado en la centralización de las principales funciones de la empresa. El control de gestión debe ser la herramienta para una toma de decisiones en función de la consecución de los objetivos y sobre la base de los recursos disponibles, lo que implica la necesidad de contar con: indicadores de control, herramientas de predicción, objetivos ligados a los distintos indicadores y estrategia e información sobre el comportamiento y resultados. Un adecuado proceso de flexibilización-descentralización supondrá que la empresa se divida en distintas unidades de decisión/responsabilidad, que normalmente sigue el criterio de funcionalidad (centros de coste, centros de ingreso, centros de beneficio y centros de inversión). Del mismo modo, nos encontramos con la necesidad de medir y controlar los intangibles empresariales con el fin de poder reflejar el valor real de la empresa. Distintos modelos han tratado de conseguir su análisis: The Konrad Group, Skandia Navigator, Balanced Scorecard,...
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