La economía enseña que la solución de nuestros problemas económicos pasa por las oportunidades individuales, siendo el mercado y el Estado los dos grandes candidatos para proveer estas oportunidades. En el mundo ideal que resulta de esta simplificación de la vida social, entre el mercado y el Estado sólo hay individuos o sujetos autónomos. Pero la vida pública en las sociedades modernas exige diferentes formas de participación de la gente en las actividades sociales: como ciudadanos, como trabajadores o empresarios del sector privado de la economía o como voluntarios y activistas de emprendimientos sin fines de lucro. Frente a esto, el pensamiento económico actual necesita superar la antinomia Estado- Mercado e incluir en el campo de estudio al proceso deliberativo propio del debate público en el seno de la sociedad civil.
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