La teoría de la justicia de Rawls (especialmente en su versión de 1971) ha sido acusada de estar edificada sobre supuestos individualistas. Quienes realizan estas críticas asumen que una sociedad que adopte los principios y las formas de justificación rawlsianos será intrínsecamente inhóspita a la vida asociativa, al desarrollo de lógicas de pertenencia comunitaria y a los discursos de corte identitario.
Este artículo se pregunta si esta acusación está debidamente fundamentada. Para ello distingue cuatro maneras en las que una teoría de la justicia puede ser considerada individualista. Estas cuatro maneras sonn llamadas: individualismo metodológico, individualismo ontológico, individualismo ético e individualismo político. Se sostiene que no hace falta ser un individualista metodológico para ser un ¿rawlsiano sustantivo¿, aunque sí es necesario para ser un ¿rawlsiano métodológico¿. Luego se afirma que ni el individualismo ontológico ni el individualismo ético forman parte de los supuestos de la teoría de Rawls, pero que el individualismo político está en el corazón mismo de su teoría.
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