En la primavera del año de 1489 el obispo de Cafania, don Alonso Carrillo de Albornoz se establece en Santiago de Compostela. Llega como delegado del obispo de Avila, fray Hernando de Talavera, quien junto con otros eclesásticos había sido designado por Inocencio VIII - a instancias de los Reyes Católicos- para acometer la reforma eclesiástica en Galicia. Su misión consiste en recabar una información fidedigna de la situación eclesiástica y por tanto también de uno de sus más graves problemas: las intromisiones de los laicos en los asuntos eclesiásticos. Un resultado directo de esta misión se conserva en el obispado de Ourense, al realizarse allí en ese mismo año de 1489, un «memorial, tumbo e inventario» que recoge diversa información sobre los beneficios y préstamos de toda la diócesis.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados