Se han estudiado las relaciones existentes entre la comunidad de anfípodos de una plataforma rocosa y siete especies de macroalgas a las que se asocian y que son morfológicamente diferentes:
Centroceras clavulatum (C. Agardh, 1822); Enteromorpha intestinalis (Linnaeus, 1753);
Gracilaria cervicornis (Turner, 1808-1809); Sargassum platycarpum Montagne, 1856; Padina gymnospora (Kützing, 1859); Ulva fasciata Delile, 1813 y Laurencia filiformis (C. Agardh, 1822). La complejidad del alga se caracterizó mediante las variables biométricas: biomasa (peso húmedo y seco), volumen desplazado, sedimentos retenidos y dimensión fractal. Se identificaron 696 ejemplares de las especies Hyale media (Dana, 1853); H. pygmaea Ruffo, 1950; Ampithoe marcuzzii Ruffo, 1954; Batea carinata Shoemaker, 1926; Bemlos unicornis (Bynum y Fox, 1977); Elasmopus rapax Costa, 1853 y E. pocillimanus (Bate, 1862). La mayor diversidad se registró en las algas más complejas (S. platycarpum y P. gymnospora). Respecto a la correspondencia entre los anfípodos y la complejidad morfológica de las macroalgas, se ha constatado que, de las diferentes variables biométricas analizadas, la dimensión fractal es la más adecuada para explicar los patrones de diversidad y abundancia de las especies.
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