Relevancia clínica. Hay evidencias genéticas, epidemiológicas, experimentales, clínicas y terapéuticas de la contribución de las hiperlipidemias al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Clasificación. Se clasifican según la etiología en primarias y secundarias, y según el tipo de lipoproteína alterada y lípidos que éstas transportan.
Actitud clínica. Debe ser la detección precoz, la confirmación de la dislipidemia, la evaluación del riesgo vascular global y el diseño del programa terapéutico y su seguimiento.
Tratamiento. Se basa en medidas higiénico-dietéticas y, en caso necesario, en fármacos de los que las estatinas, fibratos, resinas y la ezetimiba como representantes de los inhibidores selectivos de la absorción del colesterol, son los principales hipolipidemiantes.
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