Los nuevos bancos de microcrédito han surgido a finales del siglo XX como una revolucionaria estrategia de financiación del desarrollo. Su aparente éxito en los países subdesarrollados en la última década, han situado el modelo de microcrédito en el centro de atención de investigadores y operadores. Los más optimistas opinan que esta fórmula puede ser la solución al problema de la pobreza, puesto que no sólo posibilita que los más pobres abandonen su situación sino que además ello puede hacerse mediante instituciones financieramente sostenibles. En este artículo se exponen las principales características del nuevo modelo que será una pieza clave en el siglo que comienza, y se someten a un análisis crítico concretado en sus posibilidades de éxito en los países africanos.
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