El creyente siempre se ha preocupado por encontrarse con Dios más allá del espacio sagrado del templo o de la liturgia. Y es que no puede haber ruptura entre vida cotidiana y relación con Dios, pero ¿cómo articular espacios donde esa amenaza de ruptura no se haga realidad?. La profesora Trinidad León bucea y reflexiona en torno a la cotidianeidad como ámbito de encuentro con Dios. A través de una fenomenología de la experiencia cotidiana nos ofrece algunas claves de un encuentro deseado, pero inmanipulable, que exige profundizar en la más auténtica realidad de uno mismo, para posibilitar la experiencia de la más profunda significatividad de la realidad. Allí donde Dios se hace cercano e, intuitivamente, comprensible.
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